miércoles, 23 de julio de 2014

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miércoles, 2 de julio de 2014

De payasos,payasas y payasadas políticas


De payasos, payasas y payasadas políticas.

Observo que en este mundo la palabra payaso se utiliza a veces como para insultar. Me parece muy injusto. Los payasos y payasas son muy serios porque se toman muy en serio la misión de hacer sonreír a las personas para que sean más felices. 

Imagínense por un momento que un político se presentase a unas elecciones como número uno y no saliera ni siquiera él. Sería mal político, pero no un payaso. Ser payaso no es inferior a ser otras cosas importantes de la vida y, por supuesto, no es nada malo sino todo lo contrario. Por eso no es justo decir de alguien que es un payaso o una payasa queriendo decir que no se le puede tomar en serio. 

Imagínense que una persona bebe mucho, por ejemplo, y empieza a hacer, por ejemplo, tonterías, a veces se dice que hace payasadas. Una payasada es, en verdad, un acto que alguien hace con la intención de hacer reír. No todas las payasadas son buenas porque hay personas que no tienen gracia, pobres de ellos, incluso algunos son payasos y políticos a la vez. También hay payasadas tontas y payasadas inteligentes. Eso depende de la inteligencia del que haga la payasada, está claro. Pero otra vez, si la intención es buena, la payasada siempre es algo de aplaudir. 

Imagínense por un momento que un político payaso crea un medio telemático de cierta difusión para hacer reír y llorar a la gente, como los buenos payasos. Con el tiempo comprueba que es una payasada lo que ha hecho con ese medio virtual. Al final tenemos que el político payaso ha hecho una payasada.

Veo que también se aplica este significado peyorativo a muchos políticos o políticas que hacen un flaco favor a la política y a lo político, simplemente fueron aprendices de político, payasos de la política digamos. No es justo llamarles payasos y decir que hacen payasadas. Los payasos y payasas, repito, trabajan haciendo reír. Los políticos y políticas son personas que difícilmente hacen reír, y que, por el contrario, muchas veces toman decisiones que hacen llorar a muchas personas. Por eso, un político o política nunca puede ser un payaso o payasa, y si a alguien se lo parece es porque tiene una idea muy injusta y muy equivocada de lo que los payasos y payasas hacen.

¿Qué ocurre cuando se es político y payaso a la vez?

Contesto con una frase que dijera Morgan Freeman a Brad Pitt en la genial película Seven: “Esto no va a tener un final feliz”. Efectivamente ser payaso y político a la vez no puede tener un final feliz.

Por último, señalar que es muy importante usar el lenguaje correctamente para no confundirnos ni confundir. Los payasos son seres con derecho a dignidad y respeto. Por eso pedimos que antes de utilizar la palabra payaso o payasa para insultar o menospreciar, piensen que hacerlo puede herir a un payaso o payasa de verdad. Diferente que un político payaso haga y diga payasadas, y por más que intento recordar a un político payaso que haga y diga payasadas, creedme que no caigo en ninguno.

Yo jamás llamaría a nadie payaso como insulto, pues sería un ordinario, y pondría en evidencia mi carencia de vocabulario, lo llamaría: Zafio, cretino, borrico, vellaco, ganso, papanatas, papafrita, pollaboba, bobomierda, boludo, pelotudo, gil, gilipollas, gilipuertas, imbécil, idiota, estúpido, estulto, memo, badulaque, majadero, zopenco, mostrenco, tarugo, mentecato, mendrugo, tarado, zoquete, cretino, mastuerzo, necio, asno, acémila, soplapollas, soplapingas, tontolculo, tontolaba, adoquín, torpe, ignorante, fantoche, paragüero, mamarracho, gualdrapa, julay, tolay, tontaina, mamerto, lechuguino, otario, pazguato, zoquete, tarugo, cojudo, awebao, camote, pendejo, menso, huevón, güevón, agüeonao. cebollino, puerro seco, chapucero, vividor, sacatapas, colifloro, pestemuelas, vacaburro, mequetrefe, huelepeos, trifásico, retortijón, torrijo, gótico flamígero, botabota, robaperas, cascavalero, polichinelas saltimbanquis, cazurro, pusilánime tontolhabas, caga la olla, julay, tolay, decrépito, tontaina, mamerto papamoscas, mentecato, tarambana, farfolla, abrazafarolas, pelagatos. comemocos, plomo, espantajo, coñazo, chalao, melón, chiquilicuatre, alparcer, guarripato, zoquete, pelele, ladilla, membrillo, burdo palurdo, piltrafilla, pardillo, troglodita, berenjena, pelmazo, mameluco, repelente, horripilante, chupacharcos, cara candao, cérnicalo, alcornoque, margarito, inculto, amargao, panoli, funesto, cateto, patético, cagarrutas, esperpento, energúmeno, despreciable, bucéfalo, brujo, cegato, cagón, cobarde, malafollá, cebollino, pegote, estorbo, lechuzo, trasto, inepto, negativo, elemento, viruta, garabato, mastuerzo, inútil, necio, cagabandurrias. hemorroide, hablandabrevas, cantamañanas, pendejo, simplón, caretero, hipócrita, carnuzo, robaperas, cascavalero, polichinelas, chingaflautas, estornallau, falso, farruquero, bastardete, mascacondones, gaznápiro, mendrugo, molondro, gonorrea, penco, zorrupio, patán, insensato, filibustero, bellaco, tunante, malparido, lila…..y sobre todo CARAJOTE, es decir, aquel que es tonto por naturaleza.

Fíjate, podría llamar a alguien payaso, pero me da que ya a estas alturas ¡va ser que no!, como tal sería un fracaso, un insulto hacia tan honorable oficio. Ellos son personas honradas que tienen gracia. ¡Y tú no! No, no voy a llamarte payaso, porque eres un pobre infeliz, y los payasos en su interior son felices, muy felices.

Por Antonio Jesús Pérez García